Se encuentran dos abuelos de unos casi 80 años y se preguntan como están el uno al otro.
Uno dice: Joder yo estoy de fabula, voy a un asilo donde se puede hacer lo que quieras, comer lo que quieras, beber lo que quieras, y hasta acostarte siempre que quieras con las enfermeras ya que el amor es libre allí.
¡Pero que dices hombre, eso no puede ser!
Que si, que si, que te lo digo yo que hace más de dos años que voy y es la hostia. Mira pasate mañana y lo veras.
El abuelo que no se lo podía creer, acepta y al día siguiente va al asilo para comprobar todo lo que le había dicho su amigo.
Este entra en el asilo y ve estupefacto como los abuelos comían y bebían lo que querían. Ve una enfermera muy buenorra y le dice: Mire señorita que vengo a ver el asilo para apuntarme y mi amigo dice que el aquí el amor es libre. ¿Es verdad?
La enfermera sin decir nada se desnuda y allí mismo se lo hace con el abuelo.
El abuelo estaba alucinado y después de comer y beber todo lo que pudo empezó a marcharse.
Cuando iba por el pasillo y casi llegando a la puerta de salida se le cayó el bastón y se agacho a recogerlo. En ese momento pasaba un enfermero negro de dos metros y cuando vio al abuelo agachao ¡pumba! y lo engatilló por detrás.
El abuelo pensó bueno no pasa nada como aquí el amor es libre lo tengo que asumir.
Al día siguiente los dos abuelos se encontraron y el que ya iba al asilo le pregunta al otro:
¿Que tal fue? ¿Vistes como es verdad todo lo que te dije? ¿Que te apuntaras para ir?
El otro abuelo serenamente le respondió:
Pues si, todo lo que dijiste es verdad, pero mira no se que hacer porque yo el amor a mi edad lo puedo hacer una vez al año, pero el bastón se me cae al suelo cuatro o cinco veces al día.
DEDICADO A TODOS LOS QUE ABRACÉ EN LA CIMA DEL MONTMALÚS.
Uno dice: Joder yo estoy de fabula, voy a un asilo donde se puede hacer lo que quieras, comer lo que quieras, beber lo que quieras, y hasta acostarte siempre que quieras con las enfermeras ya que el amor es libre allí.
¡Pero que dices hombre, eso no puede ser!
Que si, que si, que te lo digo yo que hace más de dos años que voy y es la hostia. Mira pasate mañana y lo veras.
El abuelo que no se lo podía creer, acepta y al día siguiente va al asilo para comprobar todo lo que le había dicho su amigo.
Este entra en el asilo y ve estupefacto como los abuelos comían y bebían lo que querían. Ve una enfermera muy buenorra y le dice: Mire señorita que vengo a ver el asilo para apuntarme y mi amigo dice que el aquí el amor es libre. ¿Es verdad?
La enfermera sin decir nada se desnuda y allí mismo se lo hace con el abuelo.
El abuelo estaba alucinado y después de comer y beber todo lo que pudo empezó a marcharse.
Cuando iba por el pasillo y casi llegando a la puerta de salida se le cayó el bastón y se agacho a recogerlo. En ese momento pasaba un enfermero negro de dos metros y cuando vio al abuelo agachao ¡pumba! y lo engatilló por detrás.
El abuelo pensó bueno no pasa nada como aquí el amor es libre lo tengo que asumir.
Al día siguiente los dos abuelos se encontraron y el que ya iba al asilo le pregunta al otro:
¿Que tal fue? ¿Vistes como es verdad todo lo que te dije? ¿Que te apuntaras para ir?
El otro abuelo serenamente le respondió:
Pues si, todo lo que dijiste es verdad, pero mira no se que hacer porque yo el amor a mi edad lo puedo hacer una vez al año, pero el bastón se me cae al suelo cuatro o cinco veces al día.
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